martes, mayo 22, 2007

la vida es una tómbola

Ahí van las últimas nuevas... ¿qué creen? Ahora yo renuncié.

Ps sí, así como lo oyen. No saben el gusto que me dió cuando lo hice, sentí que un gran peso desaparecía de mi espalda. Vi el cielo azul y los rayos del sol me supieron a gloria. ¿Qué pasó? Estaba harrrrrto, hasta su puta madre, la presión, las noches y fines de semana chambeando, la frustración, todo eso me tenían a un paso de enfermarme de nervios, de verdad, digo tampoco me autoflagelo ni nada, estoy seguro que existen millones de personas con una chamba o una situación peor pero lo que sí es un hecho es que últimamente mi grado de satisfacción estaba llegando al mínimo (21% según el estudio de clima laboral, ja).

Es increíble cómo cambian las cosas en tan poco tiempo, apenas hace 2 semanas platicábamos de la posibilidad de que yo me quedara sin chamba por un posible recorte en donde trabajo, y le comentaba a la puchona que era probable que a alguno de los directores de área nos tocara y lo que son las cosas, días después le tocó a ella... yo me sentía presionado por tener tanta chamba todo el tiempo y con la puchona de ama de casa no podía darme el lujo de cagarla por ningún motivo. Peeeeeeeeero, hoy me hicieron un ofrecimiento muy bueno en una agencia y lo acepté. Es una buena oportunidad creo yo, voy a tener mayor seguridad económica y, si bien hay mucho trabajo a donde voy, estoy seguro que no estaré tan presionado como estoy acá. Está interesante el reto.

Espero dejar la chamba en esta semana y si puedo, irme unos días con la Puchona a Mazatlán a descansar en la playita. Ya les diré cómo me va en mi nuevo trabajo.

No cabe duda, la vida es una tómbola tom tom tómbola...

Ahora con respecto a los apodos... lo de perro me lo puso el Chichifo (para variar), no estoy seguro cómo... ese wey de repente decide llamarte por algún nombre un día y ya no te suelta y poco a poco todos comienzan a decirte así y listo, tienes sobrenombre. Tengo fama de enojón la neta y me acuerdo que cada vez que me saludaba siempre me decía ¿qué onda perro? pero así como le dices a alguien ¿qué onda wey? o ¿qué onda cabrón? nada más, luego en un viaje a Sayulita (su playa amiga) nos tocó dormir a la Puchona, a la Momex y a mí en un cuarto y yo nomás recuerdo que muy temprano empecé a escuchar ruidos... era el Chichifo que iba de un lado a otro, ponía música, se preparaba algo de comer, yo nada más pensé 'ya está jodiendo que nos levantemos' pero seguí dormido. En eso siento como que al colchón se le estaban saliendo los resortes o así como si se hundiera por partes... era el Chichifo que se subió a la cama para prender el aire acondicionado de la pared... y yo estallé. Si hay algo que me pone de malhumor es que me despierten a huevo cuando todavía tengo sueño. Yo nomás recuerdo que le dije algo así como 'no estés chingando cabrón' y me volví a jetear, pero horas después en la playa alcancé a escuchar que el Chichifo les estaba contando que en la mañana le habían ladrado muy feo y creo que Moma le preguntó que quién y dice 'este perro que ladra' y se rieron y listo, creo que con eso nació el sobrenombre de perro, ya después el Chichifito se encargó de divulgarlo por todos lados.

La historia de la Puchona la pueden encontrar aquí mero.

Ahí se ven perros.

viernes, mayo 18, 2007

VOLAR Y VOLAR!!

Este es un boletín de último momento...

Ya no tengo trabajo!!!

Estoy tranquila, un poco cansada, y algo nerviosa je je je es muy raro amanecer sin tener la obligacion de ir a un lugar... Creo que eso se llama libertad... NO LA CONOCIAAAA
aaauuuuu!!!

Pues asi las cosas, ayer me despidieron, la neta estuvo medio raro el asunto pero en fin lo bueno es que yo ya pensaba renunciar así que fue más pronto pero con una lana.

La onda es que si me dieron mi liquidación, no fue lo que debería pero si es una buena cantidad de dinero, claro que estuve peleando pero como dicen “más vale vale un mal arreglo que un buen pleito” ja ja ja la neta no estuvo tan malo, pa'que se den una idea puedo estar medio año rascándome la barriga tranquilamente, lo chido es que ya me están saliendo propuestas de chamba pero la verdad es que quiero descansar después de casi 6 años de trabajo de exclavitud... el ritmo que tenía a veces no me daba ni para fines de semana y no tenía chance de nada pero pos ora si voy a tener tiempo de pensar que es lo que sigue.

Y ahora si escribiré más seguido kakaka

Me voy a tomar por lo menos dos semanas de tener la mente en blanco y descansarssssss, ya pensaré guats next, no creo volver a una agencia, ya me llamaron de 2 pero la neta no estoy muy segura de querer volver a ese trajín, tengo otra propuesta muy buena de colaborar con dos amigos que son excelentes diseñadores, y trabajar de freelance con ellos, ya lo pensaré....

Ya les seguire informando del estatus mental y monetario ja! éste tropiezo pienso convertirlo en oportunidad para hacer algo mejor con mi calidad de vida.

aila morros! les debo una historia truncada!

martes, mayo 01, 2007

pubertad divino tesoro II

Primer año de secundaria, transición.

Había empezado a interesarme en las mujeres en el aspecto sexual, cada ocasión, cada momento que podía estaba tratando de averiguar más sobre la anatomía femenina. Mis compañeros y amigos también, se nota en las miradas, en el acné, en las mejillas ruborizadas. A esa edad una cuestión de meses hacía la diferencia entre el cuerpo de una niña y el de una adolescente en desarrollo, cada día que pasaba más corpiños iban a la basura y eran sustituidos por sostenes. Las diferencias eran abismales entre una y otra, y por obvias razones, las alumnas de los salones C y D eran las que robaban más miradas pues nos acodomaban por salones de acuerdo a nuestra edad. Yo estaba en el A, por ende, de los más jóvenes y cuando entré tenía 11 años todavía. Mi complexión era muy delgada, parecía yo un cerillo. La nariz comenzó a crecerme y una enorme bola apareció en mi garganta, me estiré rápidamente durante el verano. Cuando entré a la escuela era de los más altos de mi salón aunque había otros que habían crecido muchísimo; lucía yo una piel morena a base de sol, por esa época comencé a ir con frecuencia a la playa.

Nos habíamos cambiado de casa a una zona con muchas áreas verdes y calles cerradas por las que no transitaban muchos carros por lo que teníamos mucha libertad para estar en la calle todo el tiempo, sobretodo los veranos y los fines de semana. En ese entonces solía juntarme bastante con algunos vecinos de mi edad tanto hombres como mujeres. Los más chicos salían a jugar béisbol o andar en bicicleta mientras los 'grandes' nos limitábamos a sentarnos a platicar y decir pendejadas. Había una vecina que me llamaba la atención de nombre Claudia, vivía en la esquina con sus padres y dos hermanas menores. Curiosamente ella y sus hermanas coincidían con la edad de mis hermanos y la mía y había en ella algo que me llamaba su atención, tenía un aire de inocencia, de niña, una belleza de girl-next-door, de piernas flaquísimas y cuello largo y delgado, comencé a frecuentar su casa y nos hicimos buenos amigos, aunque yo secretamente la veía con admiración. En la escuela yo todavía no conocía mucha gente, y los de mi salon eran prácticamente nuevos para mí, algunos compañeros había estado en primaria pero nunca había coincidido con ellos en ningún salón así que solo los conocía de vista. Un día como cualquier otro iba yo caminando al rayo del sol mientras me dirigía a mi casa y al pasar por la casa de Claudia observé que estaba en la entrada sentada con uno de mis compañeros de salón, el Wico. Lo conocía de vista, había estado en la escuela desde chico pero nunca en mi salón; el Wico era uno de los que se había estirado en el verano era creo que el más alto del salón, de piel como bronceada, cabello rubio y ojos azules, tenía bastante pegue porque decían que se parecía a Luis Miguel, el único defecto según las damas era a la hora de hablar con él; para empezar decía muchas pendejadas y para terminar tenía una pésima dicción por lo que cuando hablaba parecía que tenía una sobredosis de Tafil, jajaja. No era lento, era como... chiqueado. Llegué y los saludé, él me reconoció y me quedé platicando un rato con ellos. Días más tarde pasé por ahí y de nuevo vi al Wico con la Claudia, además de otro compañero del salón llamado Germán. El Germán contrastaba con el Wico porque estaba bien chaparro, yo diría que de los más bajitos del salón, tenía el pelo entre castaño y pelirrojo, y piel blanca y la cara llena de pecas. Bien podían caracterizar una versión de Chester y Spike. Llegué a saludarlos, el Wico traía carro y me invitaron a dar una vuelta. Me cayeron bien y comencé a platicar con ellos en la escuela. El Wico en la escuela se juntaba mucho con otro del salón: el Juancho. Así fue como lo conocí, gracias al Wico. El Juancho era un wey flaco, moreno, un poco más bajo de estatura que yo, con unas cejas estilo Frida Khalo y en ese entonces estaba rapado como niño de hospicio. Ya lo había visto antes en el recreo cuando estaba en primaria pero nunca había hablado con él. Comencé a juntarme con ellos, aunque era obvio que ellos eran más amigos, más cercanos, no recuerdo si ya se conocía desde primaria. Poco a poco comencé a forjar una amistad con ellos, iba a sus casas y conocía a sus familias, íbamos a nuestras primeras fiestas y nos quedábamos a dormir en casa de alguno.

A ellos les debo otra cosa, la música. Yo no tenía hermanos mayores que seguir en la música o que me dijeran qué escuchar, así que antes de conocerlos a ellos escuchaba yo lo que sea, pura basura. Lo que sonara en la radio para acabar pronto, eso puede ser un camino muy peligroso, jajaja. Ellos me abrieron los ojos con cosas como Depeche Mode y The Cure, que definirían una buena parte de mis gustos musicales.

Del Juancho y el Wico me encantará hablar en otra ocasión pero por ahora me concentraré en un solo aspecto, el sexo. En casa del Juancho teníamos acceso a revistas y películas porno, sus papás tenía antena parabólica en su cuarto y nunca estaban en el día. Según recuerdo no teníamos acceso a los canales porno pero para todo hay maña. Recuerdo que había un truco para mover la antena y creo que luego calculando con el escáner dónde estaba el satélite lo desconectabas y la antena se quedaba en esa posición, por lo que a la hora de encenderla podías sintonizar el satélite con el Spice y el American Extasy, en ese entonces la puñeta era todo un tema. Me acuerdo en una ocasión que estábamos viendo una película porno y que en eso el Juancho se levanta y dice "ahorita vengo" mientras se dirige al baño. Minutos después sale el cabrón encuerado con la verga parada y un tarro de vaselina en la mano. El Wico por su lado tomó una revista y se fue a dar un regaderazo. En la escuela también se hablaba de las puñetas, algunos presumían que podían jalársela hasta 7 veces al día, otros comentaban que si te la jalabas demasiado te podían salir pelos en las palmas de las manos, o peor aún, barros y espinillas en toda la cara. Yo me hacía el loco, nunca me lo preguntaron directamente y yo no comentaba nada, solo me limitaba a asentir cuando alguien hacía un comentario sobre la puñeta pero en realidad no tenía una puta idea de lo que estaban hablando, solo sabía que se sentía 'bien rico', jajaja.

Un fin de semana cualquiera me encontré a Claudia saliendo de su casa y me comentó que iba a ir al cine con la Lulú, una amiga suya y no recuerdo quién más, me invitó y le dije que sí. Quedamos de ir el domingo por la tarde. El sábado tenía yo la hormona alborotada, mis papás habían salido y yo el viernes había dejado grabando un cassette la película de Cinemax. Una vez solo me dispuse a verla y estuve sobándome la verga un buen rato al punto de la desesperación pues no comprendía qué hacer para soltar 'la leche' como me había dicho. Al día siguiente me quedé solo otra vez en la casa pues les comenté a mis padres el plan de ir con la Claudia al cine y ellos se fueron a alguna fiesta que no recuerdo. Me instalé de nuevo frente al televisor y me puse a ver el resto de la película de la noche anterior. Era una de esas películas de soft porno pero para mí era suficiente para tener una erección permanente todo el tiempo. Comencé a sobar el glande y me gustó mucho la sensación, movía la palma de arriba a abajo acostado sobre la alfombra y la frotaba contra mi bajo vientre, resultó ser muy placentero. No recuerdo mucho cómo es que alcancé el orgasmo pues estaba concentrado en las imágenes de una tetona que cabalgaba a un wey sentado sobre un sofá. Lo único que recuerdo fue una cómo mi corazón se aceleraba mientras sentía como si mi pene concentrara energía y luego ya no pude contener más mientras sentía cómo unos chorros de esperma espeso y caliente caían sobre mi vientre y la alfombra. Todo pasó tan rápido y mi mente se nubló por unos segundos que no me di cuenta de cómo es que logré hacerlo, en serio. Tuve un intenso orgasmo, y entonces pensé que nunca me había imaginado que se sentiría tan bien. Nadie me había preparado para una sensación así, y la leche... ver la leche, que yo imaginaba mucho más líquida y de color sólido. No sé, en las pocas películas en las que había visto una eyaculación no me había fijado bien cómo era, pero recuerdo la impresión de verlo por primera vez. Me sentía diferente, algo había cambiado en mí, eso era definitivo.

Cuando fui al cine, me sentía muy contento, sonreía por dentro cuando recordaba la puñeta que me había cascado, me sentía diferente, todo un hombre. Hasta me atreví a pasar el brazo por detrás de la Claudia y abrazarla durante la película. Nada más pasó, eso sí, pasarían todavía muchas otras cosas antes de llegar más lejos.

Al día siguiente a la hora de bañarme intenté jalármela de nuevo pero esta vez no entendí cómo es que lo había hecho el día anterior y por más que lo intenté no entendí cómo, jajajaja. Lo intentaría nuevamente el siguiente fin de semana. Esa fue mi primera puñeta y con ella dió inicio mi vida de pajero, jajaja.

Ahí se ven perros.