jueves, noviembre 25, 2010

Our Big Big Love

La verdad quería publicar esto desde que pasó pero en ese momento estaba hasta el gorro de chamba y así se me fue pasando el tiempo, de cualquier forma no quería dejarlo pasar sin mencionar nada.

El festín estaba en su punto máximo. Luego de Belle & Sebastian un sábado, Arcade Fire al siguiente, James el lunes estaba listo para cerrar con Pixies al día siguiente, martes.

Pixies es una de esas bandas que, confieso, me molesta que sea tan famosa últimamente. Y no es que me crea el único wey que escuchaba Pixies desde hace un ratote, pero ¿de dónde chingados salió tanto fan de Pixies? ¿dónde chingados estaban a finales de los 80s y principios de los 90s?

Me parece que todo comenzó a valer madre cuando incluyeron Where Is My Mind en los créditos finales de The Fight Club. Como que ahí mucha gente dijo ¿quiénes son esos weyes? esos weyes ya ni existían para ese entonces. Es una rola de 1988 y la película salió 11 años después, no mamen.

Y confieso que sé que no debería de molestarme por eso, pero es así.

A lo mejor extraño esa sensación, esa sonrisa que te brota cuando escuchas una rola que te gusta y que crees que sólo tú conoces. Obviamente no es cierto, y obviamente lo sabes, pero por lo menos dentro de tu entorno. Esa sensación de poseer información privilegiada. Te daban ganas de ni escribir el nombre de la banda en el cassette, para que solo tú supieras qué contenía. O de plano te inspirabas y tratabas de dibujar el logo de la banda que aparecía en el original. O a lo mejor seguías el cliché obligado de poner titulitos mamones como "rolas chidas 5" o "para rockear 14", etc.

Sea como fuere recuerdo la portada del Surfer Rosa porque venía una vieja enseñando la tetas, nada porno, era más bien artístico, pero me llamó la atención. Lo escuché y se me hizo muy diferente a lo que yo estaba escuchando en ese entonces (obvio, era una banda gringa), pero me gustó.

Sé que ya lo había mencionado, pero Pixies se lo debo a un wey que literalmente se burló de mis gustos musicales, yo lo tomé porque no me gustó que se burlara de mí, como diciendo "a ver pues, tu pinche grupito" yo estaba casi seguro que no me iba a gustar, pero como él era mucho más grande que yo y sabía un putero de música lo acepté.

Cuando le regresé su disco le dije que la neta sí me había gustado, aunque no todas las rolas, recuerdo que me gustó mucho Gigantic, Vamos, Where Is My Mind? y la de River Euphrates. Se me hacía un sonido como punketero y medio surf, como divertido, eso me gustaba, que las rolas tuvieran distorsión sin que sonara metalero, y que eran así como rapidonas, como para echar desmadre, ah y que cantaran frases en español.

Luego el wey me grabó el de Come on Pilgrim y el de Doolittle y no mames, me aluciné con el Doolittle y desde entonces es como mi favorito de los Pixies, es como el más accesible para el público que no está clavado en el punk, el más pop. Me acuerdo que ni mis amigos los conocían, eso se me hizo chido porque era normalmente al revés, ellos me rolaban música que escuchaban por sus hermanos, pero los Pixies no y a todos les latieron.

Por lo menos en nuestro entorno (la escuela y el barrio) nadie, excepto los quesque punketos declarados (que no eran muchos), los conocían. Ya después uno de mis amigos consiguió el Bossanova y el Trompe le Monde con un primo que tenía que era como cholo punketero, todavía me acuerdo cuando me presumió el segundo como "el nuevo de los Pixies" y es que la neta sí era algo para presumir pues en un rancho como Mazatlán era imposible encontrarlo, ni en sueños lo vendían en las tiendas piteras que había.

Por eso ahora, 20 años después, siento comezón cuando veo que ahora resulta que a todo mundo quesque le gustan, pero sé que estoy mal.

Estoy mal porque no tiene absolutamente nada de malo, yo por ejemplo, nunca escuché los Rolling Stones, digo para cuando yo tuve conciencia musical pues ya prácticamente toda su música era famosa y eran la banda activa más famosa del mundo, pero sí me tocó uno que otro hit en los ochentas y noventas, y nunca me latieron, como que sentía que eran los rivales de los Beatles, como si tuvieras que escoger entre uno y otro, y a mí me gustaba más el cuarteto de Liverpool. Pero oh sorpresa, que años después (no hace muchos) me dio por bajar rolas de los Rolling Stones cuando el director creativo de la agencia donde chambeaba (que era un wey atrapado en los ochentas, pero antes de que se pusieran de moda otra vez) se la pasaba todo el puto día escuchándolos, y me gustan mucho. Y no tiene nada de malo. Es más, confieso de una vez, que yo fui de la bolita de weyes que escucharon a los Doors después de que Oliver Stone nos presentara la película ídem, ¿y qué?

Yendo más allá, en realidad no tendría nada de malo que un cabrón que haya ido con total desconocimiento de los Pixies al concierto de la semana pasada, decidiera convertirse en acérrimo fan de ellos luego de escucharlos. Después de todo para eso son también los conciertos ¿no?

Cuando íbamos llegando al concierto noté que traía la pila baja, me sentía cansado. Luego del fin de semana con pachanga y Arcade Fire y además James un día anterior como que sentía un poco de hueva, además no podía tomar cerveza y como que no me sabe igual. Pero eran los Pixies, que ni en sueños creía que iba a verlos en vivo alguna vez.

La Ronquis y yo nos pusimos bien pachecos en el estacionamiento antes de entrar, pero a la hora de la revisión me la hicieron de pedo por la cámara digital. Me dijeron que no estaba permitido el video más que con celular y que tenía que dejarla en el guardarropa. Luego llegó una monita que me dijo que la esperara al final de las escaleras mientras ella iba por más gente, pero en eso se acercó la Puchona y le platiqué y entonces le di la cámara para que se la guardara en su chamarra, luego quise darle la pila y la memoria pero me dijo que la monita nos estaba viendo y entonces ya no supe qué hacer, ni qué le iba a decir de la cámara, pero en eso la Puchona rápida y veloz me grita "ve a dejarle la cámara a fulano" mientras señalaba la entrada que estaba al lado. Entonces miré hacia donde estaba la monita y le hice señas de que me esperara y me fui a hacer pendejo con un wey que estaba entrando, le pregunté que si iba a entrar y me enseñó el boleto y yo estiré el brazo como si le estuviera dando algo. Ya me regresé y le dije a la monita que ya se habían llevado la cámara al carro, y me contestó que le pasara.

Cuando por fin entramos al auditorio ya estaba la banda abridora, que ni me acuerdo cómo se llama, ya me han dicho 3 veces pero se me olvida, tocaban bien pero no me gustó la voz, como que no le quedaba. Estando ahí me fijé qué pedo con los de seguridad y estaban por todos lados, así que pensé que iba a estar cabrón tomar video, y pues bueno, me relajé en ese sentido, pensé que a lo mejor podía grabar aunque sea el audio con ella aunque tuviera la cámara apuntando hacia abajo, y ya. Así lo hice, grabé muchas rolas, pero en la mayoría no se ve nada, y a veces el audio se escucha apagado, que es cuando bajo la cámara. Sí pensé que a lo mejor no se iba a escuchar bien y en efecto, así fue, pero la neta yo lo que quería era disfrutar el concierto, y de paso llevarme unos recuerditos.


Las primeras rolas tomaba un ratito y luego bajaba el brazo sin apagarla. Me fije que el wey de al lado se me quedaba viendo y se me hacía raro. El caso es que no recuerdo en qué rola pero en una de ésas el wey también saca una cámara digital y el wey se pone a tomar video, y ahí estamos los dos pendejos uno al lado del otro. Luego en una de esas se me cansó el brazo y bajé la cámara y justo cuando hago eso llegan unos weyes de seguridad con lamparita y agarran al wey que está justo a mi lado y le dicen que ni la cámara ni el video están permitidos y que lo tenían que acompañar, el wey ahí estuvo alegando toda la canción que ya no la iba a sacar y no sé pero le decían que tenía que ir a dejarla al guardarropa y se lo llevaron. Ya no lo volví a ver, pero luego de eso pues ya me valió pito qué grababa prácticamente.

Escuché muchas del Doolittle, no me puedo quejar.



Todas me traen muy buenos recuerdos.



No podían faltar los die-hard fans que gritan las canciones como si quisieran opacar a Black Francis.




No perdonaron ni los silbidos, el chiste era hacer ruido.



Con ésta casi lloro, pero esta vez me aguanté como los hombres. Su coro se me hace hipnótico.


Y con ésta casi me vengo, all-time favorite.


Fue un concierto que disfruté un chingo porque escuché puras canciones que me gustan, a diferencia muchas veces de otras bandas que vienen a presentar su disco nuevo, todas las rolas de Pixies son viejitas así que las disfruté todas.

Como ésta que me fascina, de sus mejores rolas, con ese coro que me pone tan melancólico y nostálgico, me recuerda a los días lluviosos en Mazatlán, escuchándola mientras daba la vuelta en el carro, con las olas reventando en la orilla del Malecón.


Todo el concierto me tocó junto a unos de ésos fans-from-hell chilangos (su acento los delata) que yo creo que venían siguiéndolos desde los conciertos del DF, no sé por qué me los imaginé como medio punketos slammeros pero tenían pinta de ñoñazos. Eso sí gritaban las rolas como si quisieran desgarrarse y neta neta, hasta regañaban a los Pixies cuando la cajetearon.



La mera verdad, y lo digo con todo respeto, Joey Santiago nunca se ha caracterizado por ser un virtuoso de la guitarra, siempre asumió que el líder de la banda era Francis, quien componía la mayoría de las letras, pero sus requintos y sus espirales de ruido son buenísimos, como en ésta rola que fue de lo mejor del concierto, el wey se la rifó bien cabrón haciendo sonar la guitarra sin tocar las cuerdas, sólo con pedales y demás trucos como tocarla con una de las baquetas.


La despedida antes del encore.


Y el regreso triunfal con la rola esperada. La verdad a mí me encanta la rola, es sólo que es como otra de tantas que son famosas por sí solas y no por la banda. Estoy seguro que hay mucha gente que se la sabe pero ni sabe de quién es, obviamente dudo que haya habido alguno de ellos en el concierto. Los coros están de no mames.



Yo creo que lo que más me impresionó fue ver que están bien rucos pero el Black Francis tiene la misma voz, Kim Deal es mi ídolo no mames, nos tocó justo frente a ella, y verla tocar la verdad es que sí se la saca bien cabrón, el bajo suena poca madre en todas las rolas, me acuerdo que todo el tiempo se estuvo riendo, yo no sé si andaba peda, pacheca o intoxicada con otra cosa, o si estaba enferma porque se la pasó sonándose los mocos con un pañuelo gigante que tenía al lado de la batería, y tomando Heineken, pero se cagaba de la risa todo el tiempo, volteaba a ver al público y luego veía para arriba y se reía, se me hizo muy cagado. Y luego cuando cantó la de Gigantic su voz estuvo increíble, perfecta, ni parece que ese pinche ropero marimacho pueda cantar así, casi casi que cierro los ojos al escucharla y me imagino una morrita teenager bien sexosa... lo sé, nada que ver con ella, pero así canta.


Un concierto que no voy a olvidar nunca, bueno de hecho ninguno se me olvida, pero haber escuchado Pixies tanto tiempo después, incluso ya ni existían, ya había perdido las esperanzas.

Uno más que tachamos de la lista.

Ahí se ven, perros.