martes, febrero 21, 2006

Buen Fin

Hoy es domingo. Acabo de despertar medio crudo y nada mejor para empezar un domingo que un gallo.

Ya con las paredes alineadas tengo a un lado mío a La Puchona; me está dando la espalda desnuda, ya me asomé para verle las tetas pero la cabrona tiene una almohada abrazada y no alcanzo a verlas. Ni pedo, la voy a dejar dormir.

El fin estuvo chido. Inesperado.

El viernes estaba yo en La Ciudad de la Esperanza leyendo el Público cuando volteo al escritorio y veo en la portada del Ocio a Zoé. Luego luego traté de abrirlo y ni madres; otra vez las putas páginas estaban mal suajadas: No Mamen! Me caga que a cada rato estos cabrones salgan con el ocio todo chueco o mal cortado o con las páginas pegadas. Total que me di al a tarea de cortarlas con mi cuchillito dedo y quedaron todas pa’ la verga pero encontré lo de Zoé.

Sábado. Foro Guadalajara Lamar. Abre Porter y Buró Sputnik. 200 varos en taquilla.

Me gusta Zoé.

Desde hace rato. De cuando por ahí del ’99 tocaban en el Iguana, en Monterrey; yo no los vi tocar (ni conozco MTY) pero Jano, un amigo, sí y compró su demo, mismo que escuchamos hasta el cansancio en el depa, en pedas y demás mamadas. Total que después de que salió su disco por ahí del 2001 lo compré casi sin dudarlo. También me gustó. Las canciones no eran exactamente como en el demo, algunos no aparecían en el demo y otras sonaban distinto como la de Tarántula, se escuchaban… más trabajadas. Con más sonido de estudio, algunas mamadas electrónicas y otro detalle: sonaban muy diferente a cualquier intento de rock en español.

No quiero decir que eran lo máximo, ni que fuera una pinche groupie.

Tampoco menosprecio el rock en español, tiene lo suyo; pero en esencia a mí me gusta el rock inglés. Es más, para empezar nosotros no inventamos ningún sonido rockero, lo importamos de los gabachos y las europas y por alguna extraña razón sonamos distinto.

No estoy hablando de las fusiones, eso es muy obvio. Uno escucha Café Tacvba y suena chido, pero también suena bien mexicano por las fusiones y los sonidos y la onda chilanga y gusta.

Pero si los pones al lado de un Supergrass tocando Tales of Endurance (Parts 4, 5 & 6) queda muy claro que los tacvbos ya no nos suenan tan rockeros; suenan bien pero suenan diferente. Suenan en español.

Es muy difícil (si no imposible) reproducir ese sonido anglosajón sin tocar covers o tropicalizarlo porque está cabrón: para empezar el español suena muy diferente al inglés y para seguirle las influencias musicales son muy distintas cuando hablamos de personas que en su perra vida escucharon ‘Y la hierba se movía’ o ‘No te metas con mi cucu’. Como diría la Sra. Carmen de la casa de asistencia ‘…a los mexicanos nos encanta el vacilón…’ y también la vena dramática del Buki. Ni hablar.

Pero Zoé sonaba distinto.

Letras sencillas, párrafos cortos, intento de poesía urbana, pensamientos aislados y psicoactivos. Pero lo que más me atraía era el sonido muy… inglés. ¡Chale! Sí, la neta suenan como ingleses, nel no puede ser. Y pues sí, ahí estaba en el disco: el productor era inglés.

Deja te conecto me cago debo decirlo. “¿Qué es esto? ¿Moenia?” Había escuchado la rola durante semanas quizá en la radio, en telehit, en MTV y para mí sonaban bien pop, pero medio mal pedo, medio wanna be.

“Nel wey, es Zoé” Ah cabrón, ¿qué pedo? Me decepcionaron un poco pero después escuché Asteroide y la cosa fue diferente. Y de ahí pa’ acá.

Siempre el segundo y tercer disco de una banda son peligrosos. Muchos pendejos de los que ya no sabemos nada nos encantaron en su primer disco. 2º disco: una mamada. Ni pedo. 3ª disco: ¿una mamada? Nel wey, nos la aplican una vez, ya otra ya no nos chingan. Así de sencillo.

Pero el segundo disco de Zoé es igual de bueno que el primero, quizá mejor aunque los nostálgicos lloren. Confirmaron su sonido, un estilo y otra vez la clave: productor inglés.

Creo que ya dejaron de ser promesa, creo que ahora digamos que son pasantes; lo demostraron con un EP, ahora solo falta graduarse con honores, a mitad de año, con el tercer disco. Ojala.

En eso suena el teléfono y era La Puchona.
- ¿Ya revisaste tu correo? –
- Nel.- es que el canhijo está organizando una tachiza.-
Ah cabrón, eso suena interesante.
- Lee tu mail y me dices, oye estaba viendo que Zoé… -
- Si, ya lo leí en el Ocio –
- Quiero ir –
- Yo también, a ver si saliendo vamos a comprar los boletos –
- Zas

Pero el pedo era mi pie, mi piche pie. La idea era simple: básicamente entacharnos, ir a bailar hasta que amaneciera si era posible. Empezar en el Américas y terminar en el Mónicas, o quizá en un bule, ya veríamos. Y la neta sí se me antojaba pero… no puedo estar de pie mucho tiempo, pero me puedo sentar ahí, ni pedo. Pero si me voy a entachar, ¿cómo le voy a hacer? Me van a dar ganas de estar brincando y bailando, nel, está cabrón. Otro día será.

Eso mismo le dije al Canhijo y me dijo que ya lo había platicado con la Ronca y pues sí, estaba cabrón. La Doñis y El Chacalito ‘tenían un compromiso’ en palabras de la Doñis (quien por cierto ya se enteró que también le decimos La Madrastra porque a veces parece nuestra mamá postiza y creo que no le gustó nada de nada, pero es de cariño jeje)

Total que yo pensando que nos iban a abrir pero nomás oigo una voz ronquita en el fondo – Vamos al cine a ver flores rotas – y después al Canhijo repitiéndolo como merolico. – O si no aquí al depa a echarnos unas chelas – agregó.

A mí cualquiera de las dos cosas me latían. – O las dos – dijo el Canhijo. – Órale pues, ahorita checamos el horario – pero nada más estaba en el Cinematógrafo 3, el de Plaza Amistad. Yo sí hubiera ido pero La Puchona y la Ronquis se pusieron fresitas y optaron por alguna en Cinépolis. La afortunada ganadora, de acuerdo a los pronósticos del Ocio (no muy confiable a veces), resultó ser El Descenso.

Continuará… Ahí se ven perros.

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