lunes, junio 26, 2006

Mi Despertar Sexual

¿A poco no suena a novela de Corín Tellado?...

La Zenaida

Yo soy una persona muy sexual.


Y conste que no dije sensual. La Puchona dice que soy un maniático sexual y a lo mejor tiene razón.

No creo ser un adicto al sexo, adicto a la pornografía... quizás, pero al sexo no creo. Digo, he tenido periodos de abstinencia bastante largos como para pensar que soy adicto. Reconozco que hay días en que no pienso otra cosa más que sexo, tengo algo de gusto por el voyeurismo y a veces fantaseo con el exhibicionismo. También tengo un gusto especial por la puchas. Me encantan. O mejor dicho, me fascina ver puchitas.

Y creo saber bien dónde adquirí ese gusto. Fue lo que podría considerar quizá como mi despertar sexual.

Recuerdo que de niño cuando solía tener erecciones me asustaba un poco, no sabía qué era lo que me estaba pasando y recuerdo que mi mayor temor era quedar 'tieso' para siempre.
Lo más curioso es que no decía nada, es decir, me daba miedo pero aún así no le preguntaba a mis papás qué era lo que me estaba pasando, no se por qué, la neta. También me acuerdo que me gustaba mucho restregarme la verga y los huevos contra la cama cuando estaba acostado boca abajo y no tenía idea de por qué pero se sentía rico. Yo creo que la primera vez que conecté el sexo con las erecciones fue una vez que estaba acostado con mis papás en su cama viendo la tele, no recuerdo qué programa pero salió Olga Breeskin y a mí se me paró el pizarrín. De repente escuché a mi mamá diciendo a mi papá - Mira, ¿ya lo viste? - mientras me señalaba y mi papá soltaba la carcajada. Yo sentí un poco de pena y en seguida lo relacioné.

Entendí que se me paraba cuando veía mujeres encueradas
.

Pero en realidad, mi curiosidad por el sexo se había despertado antes.

Mi hermano nació cuando yo tenía 17 meses de edad por lo que está presente aún en mis primeros recuerdos; y como mi mamá también trabajaba teníamos una niñera de tiempo completo. Dormía con nosotros incluso.

Su nombre era Estela y tendría unos 14 años cuando llegó a la casa. Era de un rancho cerca de Mazatlán y yo estaba muy encariñado con ella. Tenía una hermana menor que se llamaba Zenaida y que regularmente iba a visitarnos, recuerdo que la Zenaida tenía el pelo negro chino, como cabeza de micrófono y que me caía muy bien, era muy buena onda conmigo, mientras la Estela se portaba un poco más como mamá la Zenaida era como más desmadrosa.

Tendría entre 4 y 6 años de edad (juro que no recuerdo bien) cuando en una ocasión entré a mi cuarto y vi algo que me sorprendió (recuerden que era muy chico): vi a la Zenaida acostada en la cama con el vestido levantado a la altura de la cintura, en principio me asusté un poco pues no entendía que pasaba, conforme me fui acercando vi que tenía su mano en la entrepierna y algo estaba haciendo, lo que vi después creo que me marcó para siempre: una vulva rosada con pelos negros ensortijados y abundantes. La imagen era un poco grotesca para mí, creo que incluso sentí un poco de asco pues parecía como una herida según recuerdo, pero al mismo tiempo sentí una curiosidad cabrona; quería ver más.

Yo sinceramente pensé que le dolía algo porque la veía como quejándose y ella al verme solamente se sonrió y abrió más las piernas para dejarme ver. Yo abrí los ojos lo más que pude del asombro y ella con una voz muy dulce me decía que me acercara, que no tuviera miedo.

Yo la neta estaba temblando de miedo, y dudaba seriamente si dar un paso al frente o no. Ella me tomó del brazo y jalándome me dice: - enséñame tu pipi... - pero no me atreví. Me lo pidió varias veces y a todas negaba con la cabeza pues estaba muerto de miedo y de curiosidad al mismo tiempo. Después estiró la mano y me tocó el pito y con voz muy dulce insistía: - ándale, no seas malito, enséñamelo... - y aún cuando lo tenía en su mano yo seguía diciendo que no. Sentí luego luego como se me llenaba la verga de sangre, levantándose involuntariamente y sentí mucha pena.

En eso entró la Estela con un canasto de ropa para guardar en la cómoda pero después volteó la cabeza, nos vió y le gritó:

Estela: - hey, ¿qué haces? déjalo en paz -

Zenaida: - ay ¿qué tiene?, pa' que vaya sabiendo -

Estela: - ya ándale dejalo en paz - le dijo mientras se reía. Yo no comprendía pero me gustaba la sensación de que la Estela me defendía.

Zenaida: - pues yo creo que sí le gusta... - y le señaló a la Estela mi pequeña e incipiente erección. Las dos se rieron.

Zenaida: - cómo me gustaría que ya estuvieras grandecito, estás bien bonito... - me decía a mí, y me dió un beso en la mejilla.

Eso fue todo. Después de eso, la Estela me agarró de la mano y me sacó del cuarto mientras la Zenaida terminaba su faena. Yo me fui a jugar y ya no pensé mucho en eso.

Esa no fue la única vez. No estoy seguro de cuántas veces pasó pero yo creo que por lo menos unas 3. La situación era la misma; la Zenaida masturbándose delante de mí mientras yo trataba de descifrar qué demonios era lo que hacía y sobretodo, qué demonios era esa raja roja con pelos; pero jamás pregunté nada, me llegaba la timidez y no me atrevía a hacer nada, solo observaba.

Después de eso, el voyeurismo se convirtió en mi nueva actividad recreativa. La Estela usaba siempre vestidos, de esos de falda ancha, con mucho vuelo y yo me daba vuelo. No perdía oportunidad, en cuanto la veía ocupada haciendo algo me acostaba en el piso, me metía debajo de su vestido y me disponía a verle los calzones o lo que pudiera de su puchita hasta que se movía de lugar. Lo más chistoso es que ella me veía y solamente se reía, pero nunca me dijo nada ni intentó que no la viera.

La verdad quería mucho a la Estela, quizá tanto como a mi mamá; todas las noches me dormía con cariñitos en la espalda y el pecho, los domingos nos hacía crepas temprano en la mañana, y siempre tenía una mamila con limonada lista en la mañana para mi hermano.

Un día, antes de que naciera mi segundo hermano, mi mamá nos avisó que la Estela se iba a casar, y que se iba a ir. Yo al principio no comprendía por qué tenía que irse pero mi mamá me explicó que se iba a casar y que iba a tener sus propios hijos y que los tenía que cuidar. Eso no me gustó mucho, por primera vez sentí celos, sobretodo de su novio; pero tampoco hice mucho drama, se despidió y tan tán.

Fue a vernos varias veces pero ya nunca fue igual entre los dos, me daba gusto verla pero sentía un poco de desconfianza acercarme a ella, o pena, no lo se.

La última vez que la ví fue a recogernos a mi hermano y a mí para ir al cine. Creo que vimos los Aristogatos un domingo temprano por la tarde. Me la pasé bien pero ni siquiera cruzamos palabra creo. Yo tendría no más de 10 años y ya teníamos otra niñera; aunque para Hulk, mi hermano menor. Me enteré de cuando tuvo hijos, eso sí recuerdo. Nunca más volví a saber de ella.

Mis papás siempre fueron muy abiertos con nosotros en cuanto a su cuerpo, recuerdo bien que mi papá se metía a bañar con nosotros y a mí me llamaba mucho la atención su verga también porque la veía muy diferente a la mía: se veía enorme, oscura y con pelos. Todo un dilema para un niño de 5 años (quizá menos). Mi mamá también se metía a bañar con nosotros en ocasiones aunque nunca me llamó mucho la atención su cuerpo hasta que conocí la pucha de la Zenaida, sobretodo en una ocasión.

Normalmente yo me bañaba solo o con mi hermano y al salir de la regadera llegaba mi papá o mi mamá para secarnos, envolvernos en la toalla y llevarnos al cuarto. En esa ocasión me bañé solo y al salir le grité a mi mamá para que viniera a secarme. Lo hizo y me envolvió en la toalla mientras yo me quedé agachado en el tapete del baño frente a la taza; entonces mi mamá se levantó el vestido, se sacó los calzones y se sentó en la taza; yo me fijé en su panocha. Lo que me impresionó fue que se quitó una toalla con sangre, eso sí que me sacó de onda pues ahora sí que no entendía nada de nada y mil preguntas se agolparon en mi cerebro, ¿mi mamá hace pipí roja? ¿está enferma o herida? ¿por eso la Zenaida tenía roja la vulva?

Después de que la Estela se fue, no volví a ver a la Zenaida. Lo último que supe de ella es que estando todavía chica, menor de 18 creo, se fugó con su novio. Quién sabe dónde habrá quedado, su puchita es de los recuerdos más memorables que tengo de la infancia.

Mucho tiempo pasaría antes de conocer mi propio esperma. Muchas fantasías y aventuras que habría de experimentar para lograr entender lo que había visto. De hecho creo que nunca relacioné lo sucedido con la Zenaida con el sexo cuando finalmente pude comprenderlo. No se, es difícil explicarlo. Ya en la adolescencia por supuesto que sabía lo relacionado a los órganos sexuales y al sexo pero como eso sucedió antes de que yo tuviera ese conocimiento pues nunca lo relacioné y lo enterré en el baúl de los recuerdos.

Van a decir ustedes ¿cómo es posible que olvides algo así? Pues sinceramente no lo se. Como que era un recuerdo que estaba ahí, archivado mas no clasificado y realmente nunca tuve que recurrir a ese recuerdo después de mi infancia por lo que se quedó bien guardado y nunca en la superficie. Pero ahí estaba, nunca lo bloqueé ni nada de eso.

Muchos años después, cuando ya había perdido mi virginidad, estaba platicando con una amiga de pendejadas y entramos en el terreno del sexo. Ambos teníamos 18 años y ella me confesó que nunca había tenido un orgasmo. Yo en mi faceta de Freud le pregunté si nunca le sucedió algo extraño cuando era niña, pues no se por qué pensé que podía ayudar a saber por qué no lograba venirse.

Ella me comentó que no, que para nada. Que lo más extraño que le había sucedido fue una vez que sorprendió a su hermano mayor chaqueteándosela. Nada más.

Y en ese momento yo me transporté a mi infancia. Recordé a la Zenaida abierta de piernas, con su panocha oscura, de pelos ensortijados. - Éso era... - pensé para mí. Se estaba masturbando y nunca lo supe.

A mis 18 calenturientos años lo único que se me ocurrió pensar fue: - Chále! Otra que me pude haber cogido... -

Ahí se ven perros.

3 comentarios:

Sv Alteza dijo...

greeen day?????
de dónde sacas a green day en mi blog???

no me asustes...

Anónimo dijo...

Jajaja interesante despertar...

MUY corin tellado el título, por cierto...

Entré al link de la página y me dio escalofríos de ver a la doña jajaja

★♫♥ ЭηġƐĿ ♥♪★ dijo...

Ah que perrito tan sepsoso!!

xD