jueves, noviembre 24, 2005

Finde 2

El sábado nos amaneció por ahí de las 11:00 con un mensaje de la Doñis para ver si ya habíamos desayunado, resultó que el que tenía hambre era el chacal y fuimos por él para chingarnos unos tacos de pescado estilo La Paz. Al principio como que no le gustó mucho la idea pero después de describírselos lo convencimos de que los probara.

Fuimos a los que están sobre Av. La Paz… (nel, que son estilo La Paz… sí, están sobre La Paz también… sí, suena muy mamón pero yo no escogí el domicilio) y estaban atascados como siempre pero muy buenos, sí alcanzaron a bajar la cruda.

Después la misma cantaleta de todos los sábados: todas las semanas salen chingaderas qué hacer, puro pendiente, que si comprar clavos, o que necesitamos pagar no se qué, y siempre hay cosas que como dan mucha hueva uno dice “eso lo hago el sábado”; el pedo es que ya para el sábado se nos olvida, y tomando en cuenta que siempre amanecemos crudos pos así menos nos acordamos, total que como cualquier sábado salimos de los tacos y… -¿y luego? ¿qué teníamos que hacer el sábado?- me preguntó La Puchona, y yo después de meditar un poco, sopesar la situación, y consultar el baúl de los recuerdos inútiles, le contesté -sepa la chingada, ya vámonos a dormir- .

Ya que llegamos a la casa quedamos en que íbamos a ir al mercado del mar a comprar pescado para hacerlo al vapor con arroz y verduritas pero en el camino se me cruzó un guato y pos ya valió madre. Me puse tan pacheco que ni cuenta me di cuándo me tapé con la cobija y me quedé bien jetón mientras La Puchona veía Kill Bill Vol.1 en la telera. Me acuerdo que me desperté varias veces y oía a La Puchona con no se qué chingados de unos peces o algo así, yo pensé que estaba viendo Nemo o una madre de ésas.

Por ahí de las 6:30 pm me desperté con un puto munchies de aquéllos, y creo que ya era obvio que lo del pescado (que no era Nemo) ya había valido verga, entonces La Puchona se acordó que había sobrado mucho arroz frito de la semana y me dijo que lo iba a calentar; yo me acordé que también había sobrado poquito cerdo con pasta y brócoli pero era muy poco para los dos, entonces lo que hicimos fue picar unos medallones de pechuga que estaban en el refri y echárselo con tantito caldo de pollo y almendras al cerdo; no pues la neta a parte de que quedó de no mames nos pusimos un atascadón bien cabrón. ¿no que no había comida en el refri?

En eso habló la Loca para ver qué íbamos a hacer, le contamos de nuestro plan de ir a ver a Faca a La Santa y se apuntaron, también iban la Doñis y el Chacal y al rato hablaron la Ronquis y el Canhijo que ahí nos caían.

De La Santa pienso hablar más adelante porque si no me voy a aventar todo un tratado como el del F. Bolko y pos como que nel, qué hueva…

Nos sentamos en el patio interior, pegado al DJ, que esa noche era el buen johnny almeida y que como siempre he delivers…

Yo creo que por ahí de las 11 o 12 salió Faca al escenario… primero Valeria con su vestido hampón de concurso de La Flor más bella del Ejido y después… y Facundo? ¿dónde se quedó Facundo? Sepa la chingada porque nunca apareció.


-Nosotros somos Faca, faca.com- eso lo repitió hasta el cansancio pero ¿cuál nosotros? Si lo único que yo vi fue una laptop y a ella; la diferencia con Miki es que ella no traía pistas… traía las canciones completas, jajajaja, así que más parecía playback malhecho que otra cosa, la morra no sabe cantar la neta, pero hasta eso la intención es buena, o por lo menos te hace reír.

El sonido pa la chingada pero hasta eso la música de Faca en sí me gusta, es ligera, es bailable, y es bien desmadrosa, suena a una mezcla entre surf, rockabilly, y hasta tex-mex con un poco de dance muy al estilo de Junior Senior o de Electric Six; el pedo es el show, el espectáculo que, insisto, está tan chafa y surrealista que te cagas de la risa. Por eso sale mejor librado que Miki, porque por lo menos hace reír.

Lo más cagado era ver a Valeria tener que decir ­­­­–Aplaudan!- al final de cada canción, o –Hagan algo!- para tratar de matar la apatía que tan famosos ha hecho a los quillos.

Bueno, después del episodio musical de película de David Lynch que nos aventamos el canhijo salió con que traía un pase para 4 para ir al Cucurrucucú que, para aquéllos que no son de por acátsup, es el veintiúnico lugar de strippers para viejas, oséase un vil y vulgar chippendale.

Yo nunca había ido, digo ya me habían contado de todo el pedo pero nunca me había tocado ir. Antes estaba sobre López Mateos muy cerca de Plaza del Sol pero lo cerraron y lo abrieron en Vallarta, antes del Centro Magno en un lugar más chico creo yo.

A mí me habían dicho que después de las 11 pm también había show para hombres, y que se turnaban, salía un hombre y después una vieja y así y que algunas veces salían tanto hombres como mujeres, los hombres en chones y las mujeres topless, pero al llegar nos comentaron que nel, que era puro show para mujeres. A mí no me importó, yo iba al desmadre y a ver cómo se transforman las mujeres.

Ahora bien, parecería que estuviera entrando a un table nomás que con vatos y ya, pero nel, nada que ver, pa que vean que entre hombres y mujeres sí que hay diferencias.

Para empezar, los precios, no me chingues! $150 pesos de cover… Tómala cachetón! Ya ni en el Golden chingao, ni en el Men’s que tanta pinche fama de fresa tiene. Pos quién cogió?... como diría La Puchona cuando llega la cuenta muy grande.

En fin, ni pedo, al cabo que nomás pagamos de dos personas (a la Loca y al Iorch les dio hueva) con el pase para 4 del canhijo. Las chelas cuestan $45 y los pistos $70, en eso más o menos están en precio pero aún así se me hace más caro.

Entramos y el ambiente era como oscurito, o como dicen las viejas a media luz (voy voy), y con música bajita dizque cachonda (no recuerdo pero ha de haber sido una de Arjona o una mamada de esas), primero había como una salita a manera de vestíbulo y a la derecha un biombo de metal que ahí más o menos tapa la vista, después entras a un salón rectangular grande con una barra a la derecha, los baños y demás al fondo y en el centro una pista con dos tubos a los extremos; alrededor de la pista tienen mesitas y sillas bajitas y también pegadas a la pared así como los de cualquier table ochentero. No me acuerdo muy bien de los detalles pero sí que casi todo era de color café (paredes, alfombra, pista, muebles, barra).

Cuando nos pasaron arriba de la pista estaban dos morras sentadas en sillas colocadas de espaldas una a la otra, no se veían muy bien porque alrededor estaban unos 6 cabrones con una toalla alrededor de la cintura y las abrían para que las morras les vieran las vergas pero siempre de espaldas al público, nosotros no podíamos ver nada ni qué estaban haciendo las morras pero luego luego se veía que las cabronas estaban agarrando verga a diestra y siniestra, yo alcancé a ver cómo una se agachó como para mamársela a un cabrón, pero nunca pude comprobarlo.

Nos sentaron en una mesa pegada la pared, en la esquina junto a la entrada y pedimos una botella de vodka para los 6 para entrar en calorcito, jejejeje.

El show se terminó y cuando se bajaron los weyes las dos morras se habían quitado la blusa y una de ellas (la que presumiblemente se bajó a los chescos) traía la minifalda de mezclilla hasta arriba; traían cara de idas del pinche mega faje que les pusieron a las cabronas. Cambiaron a música algo más alegre (de reversa mami… de reversa…) y un chingo de morras se subieron a la pista a bailar como si nada, y yo me quedé ­con cara de WTF.

Lo mejor de todo eran las caras de las cabronas, la pinche Ronca traía la sonrisota como si hubiera hecho una travesura, La Puchona se reía nerviosamente como si fuera su primera vez en disneylandia y la Doñis nomás abría los ojos como explorando el lugar. El canhijo y el chacal se pusieron a platicar y a mi me quedaban muy lejos así que dejé a las morras que se relajaran y me dediqué a observar a las demás morras que estaban ahí.

Había en total unas 30 o 40 morras en el lugar y el primer cliché de la noche fue derrotado: casi no había mujeres mayores, eran casi puras viejas de entre 25 y 40 años más o menos. Por otro lado, yo diría que la mayoría no estaban tan mal (aunque pudo haber sido el alcohol), y que unas 7 u 8 estaban muy buenas.

Al lado de nosotros estaba un grupito de 4 chavas, todas bien quillas con su pelito planchado y la chingada, de unos veintitantos o casi treinta y se veían nerviosillas. Estaban tomando no-sé-qué-pinche-coctelito-dulce de esos que les encanta a las de secundaria.

Después, al lado de ellas, estaba una pareja de unos 50 años quizá, él de traje, bigotón, burócrata quizá por la primera impresión, y ella una señora muy arreglada, güera mexicana (pelo pintado), que hacía muecas cada vez que las de al lado gritaban.

Frente a nosotros, pegado a la pista, estaba un grupo como de 6 mujeres, 2 de ellas buenas, todas entre 25 y 35 años, y daban la impresión de ser compañeras de trabajo, porque más bien parecía una mezcla que una bolita de superfriends.

Pegado a la pista, al lado de la barra, estaban varios grupitos, después una mesa con dos morras muy buenas, y en la esquina que daba a nosotros un grupo como de 8 morras y 2 hombres (donde estaban las 2 morras que se habían subido a la pista).

En la pista seguían bailando algunas morras, incluidas las 2 que les habían bailado, y a la de la faldita la dejaron bien caliente porque le agarró el síndrome de stripper y nos andaba enseñando la tanguita y las nalgas, o más bien andaba bien peda porque sus amigas ahí andaban “cuidándola”. En una de esas el gerente se subió para “rogarle” que se bajara porque se podía caer y lastimarse, y la morra lo agarró para bailar hasta que la convenció para que bailaran ahí abajo, una vez hecho esto se dedicó a tratar de ligársela jejejeje.

Yo decidí que era hora de reventar el boli y me dirigí al baño pensando en -¿dónde estarán los baños de hombre? ¿hay baños de hombre? ¿están ahí los strippers? ¿y si están encuerados? ¿pensarán que soy puto?- Los baños normales, sin pedos pero inusual y misteriosamente limpios.

Después cuando salí del baño algo estaba diferente, algo raro estaba pasando lo presentía, yo pensaba –Chin, de seguro traigo el cierre abajo- volteo y nada ­-¿qué está viendo todo mundo?- volteo para atrás y nada ­­­­-¿estaré en la dimensión desconocida?- todas las viejas voltearon a verme. –Ah chinga’ ora resulta que tengo pegue­­- pero en serio, algo muy distinto a lo normal.

Porque luego a todos nos pasa que en algún bar alguna chava se te queda viendo, pero luego volteas y la chava voltea para otro lado como disimulando, y entonces piensas -¿acaso esta vieja me está coqueteando?- pero nel, ésta no era de esas ocasiones. En esta ocasión todas me sostenían la mirada y algunas ponían cara de cachondas.

Ahora no vaya usted a pensar, querido lector, que estoy jactándome del éxito rotundo con que me paseé por la pista, o que las viejas se me estaban abriendo de patas nomás por mi linda cara; no señor, más bien lo que quiero decir es que las viejas realmente se transforman ahí, y se desinhiben tanto que les vale madre mirar directamente a la entrepierna en tu cara para checar el paquete. Y luego caminas y ves cómo todas te siguen con la mirada

Ahhhh, eso sí que es alimento para el ego y no mamadas chingao. Qué pare de sufrir ni qué vergas, adiós tabledances, ¡que muera la depresión y la inseguridad masculina!

Tú amigo varón, sí tú, al que no lo pelan, al que hasta tus papás te dicen mandilón, a ti, eunuco, que has probado la hiel del desprecio femenino, sí, a ti te digo que ya no sufras, que para ese día que amanezcas apachurrado, un poco chipi chipi como dicen las morras, para ese día ya tenemos los chippendale!!! Y no creas que te estoy diciendo que te hagas puto, te estoy diciendo que ahí vas a encontrar mujeres calientes y deseosas de verga, y si no agarras nada no hay pedo! Por lo menos te haces el importante cada vez que te paras al baño y te das cuenta que traes un pegue… que estás cabrón! ¡Qué pinche gael ni qué vergas! Tú sí que eres galán.

Bueno, ¿en que estaba? Ah sí, y que chingue a su madre Bush.

Luego la Ronca se empezó a desesperar y a decir que -Vine a ver vergas no a ver viejas- después La Puchona se unió y las dos empezaron a gritar –Queremos ver ñongas!­­-

Luego las de al lado empezaron a exigir –Hombres, hombres!- mientras que La Puchona, la Ronca y la Doñis gritaban –Ñongas, ñongas!- hasta que el presentador (maestro de ceremonias?) les hizo caso y llamó a sepa-la-chingada al escenario.

Aquí hago un alto para destacar que no existe diferencia entre los presentadores (animadores?) de los téibols y de los chipen. ¿Por qué siempre tienen la misma voz? ¿O son los mismos que andan de antro en antro toda la noche? ¿Se estudia para eso? ¿Estarán frustrados porque nunca llegaron a locutores?

Luego empezó la rola de Macho Man (no se rían que es serio) y entró un wey vestido de (que no te rías) Federal de Caminos (jajajajajajajajajaja, lo siento no pude evitarlo) con todo y su “macana” y todas las viejas empezaron a gritar bien cabrón (aún cuando era todo un cliché gay… ¿?) aunque la neta también tengo que aceptar que si gritaron es porque el cabrón era un pinche Adonis, de los que se la pasan en el gimnasio (¿qué es eso?), y pos sí la neta tenía un cuerpazo y además el wey estaba carita también.

Cabe destacar que la Doñis nos dijo que los federales sí estaban guapos ¿? Que ella recuerda que ella y sus hermanas babeaban cada vez que pasaban por un módulo donde estaban todos cuando eran más chicas (cada quién, a mi nunca me ha parado Brad Pitt pero bueeeeeeeeno).

Pos total que el cabrón está baile y baile y luego se baja de la pista y se pasea por las mesas ya sea dejándose manosear o manoseando viejas y lo mejor es la cara de las morras… unas se ponen rojas rojas y hasta se sacan cuando el cabrón les agarra la mano y se la pone sobre el cuerpo para que lo toquen, hasta posición fetal adoptan algunas; otras gritan histéricas como si fuera Ricky Martin o uno de esos, luego otras ponen cara de inocentes y se ríen y se dejan llevar, y las hay hasta las que les entra un quién-sabe-qué y casi se lo quieren coger ahí mismo.

Y se empezó a acercar peligrosamente, yo lo anticipé y desde antes me hice a un ladito para que La Puchona no se inhibiera, porque sí, efectivamente, nomás la vio y se le dejó ir y le empezó a bailar arriba del sillón, parado para que la verga le quedara frente a su cara y La Puchona no sabía si agarrarle las piernas o las nalgas y por supuesto con su risota de nervios como de niña traviesa, y todos cagados de la risa.

Yo nomás le pregunté a La Puchona -¿está duro?- no mames!, está bien duro el cabrón- y me dio mucha risa.

Después se dio otra vuelta y luego regresó nomás que esta vez el Chacal quería que le bailara a la Doñis y se levantó para dejarle espacio, el wey se le trepó a la Doñis pero la Doñis es de las que agarran posición fetal y muy de a huevo y con cara de ­–quiero pero no quiero- le estaba agarrando una pierna. Después se le trepó a la Ronca que esa nada le da pena y lo agarró de donde pudo con el canhijo al lado.

Luego se regresó a la pista, la música cambió pero no recuerdo qué rola, nomás que era música calmadita y se empezó a encuerar, o más bien a dejar encuerar porque se acercaba a las mesas de la pista para que lo encueraran las viejas, incluso a una morra que traía una blusa muy escotada (y que estaba bien buena) le metió la mano por el escote y le masajeó las tetas bien y sabroso; la morra nomás cerró los ojos y sonrió.

Después, todavía con los pantalones puestos, se fue al centro de la pista y dándonos la espalda hizo el típico movimiento de agacharse y jalar los pantalones para quitárselos de un tirón y todas las viejas pegaron el alarido cuando le vieron las nalgotas, jajajajaja.

El wey se quedó un rato bailándole a algunas morras con unos minúsculos shorts de lycra camuflajeados y hasta se subió al tubo y toda la cosa.

Después de un ratillo subió a una morra y la sentó en la pista y mientras le bailaba la morra fue bajándole los shorts para quedarse en una tanga azul con rojo de hilo dental por supuesto y con todas las nalgas llenas de brillantina o una de esas mamadas, jajajaja.

La Puchona y la Roquis gritaban –Full monty, full monty- para ver si lograban que se encuerara todo pero pos nel, el wey se quedó en tanguita.

Luego, otra vez, vi que volteó hacia donde estábamos nosotros y se le quedó viendo a La Puchona y yo me recorrí hacia la mesa de al lado, nomás me vio y se le dejó venir, y otra vez se le encaramó en el sillón y de pie le bailaba a La Puchona con la reata bailándole en la cara y ella fascinada nomás veía como la seguía con los ojos, la Ronquis y la Doñis le echaban porras y ella pellizcándole las nalgas.

Acto seguido, el wey se le acercó más como ofreciéndole la masacuata y La Puchona dudó, volteó a verme con su carita de niña regañada y con sonrisa maliciosa me dijo ­­-¿puedo?- y yo que le grito –¡Aggggárrale la ñonga!- no pues ni lo pensó, casi casi fue una orden, y se puso a sobarle la trola pero le ganaba la risa, ya después se pasó con la Ronca pero ya ni me fijé qué le agarró. Yo me quedé pensando en qué tan caliente se habrá puesto La Puchona.

Después salió otro wey, nosotros ya nos estábamos acabando la botella y las 3 cabronas ya se veían diferente, con un brillito en los ojos, muy risueñas y juguetonas, en eso la Doñis y el Chacal propusieron irnos al Mónica’s, conocido antro para terminar la noche, supuestamente de ambiente pero en donde los bugas hemos “invadido” el territorio, y es uno de los pocos antros “gays” que han superado la etiqueta porque ahora vas y ves de todo, es como una mezcolanza que se antoja sabrosa porque no hay distingo de sexo, ni nada, puedes estar al lado de unos gays besándose porque se excitan viendo como una pareja buga faja en el muro pegado al DJ, porque el wey vio a dos morras besándose a la salida del baño. Así es el Monica’s. Además, cierran a las 6 am.

Yo pasé por el depa, que estaba muy cerca, para fumarme un gallo porque el alcohol ya no me entraba después del vodka, le di las llaves a La Puchona para que manejara ella y yo me lo fui fumando de camino a la putería. Entramos y ella se fue al baño, yo me encontré a los demás en la barra y pedí una botella de agua. Luego nos fuimos los 6 a bailar y ya se notaba que todos andábamos bien cachondos.

Ya ni hablábamos, cada quién estaba fajando con su cada cual, y ya llegando las 5:00 era obvio que no había más que de 2: o le seguíamos o nos íbamos a coger, porque si le seguíamos de seguro ya no cogíamos, así que optamos por lo segundo; el Chacal y la Doñis corrieron primero, después salimos de ahí y el Canhijo cayéndose de pedo nos propone ir a un putero a ver morras, pero la neta es que ya no podía ni con su alma.

Le dije a La Puchona que se llevara a la Ronquis y que yo manejaba el carro del Canhijo, que ya en el carro me insistió todavía que fuéramos a un bule, pero yo le dije que eso hubiéramos hecho en vez de ir al Mónica’s, y ya se relajó, a ratos se medio dormía y luego se despertaba.

Luego el cabrón en una de esas se levanta como si nada, se pone a buscar en la guantera y saca una tarjeta y me dice –Mira, ahorita voy a hablar para pedir una morra- la tarjeta era de las morras que hablas y te las llevan por $800 o $1000 varos más o menos. Yo pensando que estaba más que pedo le digo -¿y la ronquis? ¿a poco le va a entrar?- me dijo que no sabía, que la Ronquis le había dicho que ella con otra morra , que se le antojaba probar con otra morra pero que no estaba segura que lo fuera a dejar metérsela a la morra, así que me dijo –pos total, voy a calarle a ver si arma- y se volvió a dormir.

Ya cuando llegamos a su depa lo único que le dije fue –Suerte caón, ahí luego me cuentas qué pedo- y ya. Luego la Ronca se baja del otro carro y me dice –¿y qué? ¿qué tanto te decía este cabrón bien pedo?- y yo volteo a ver al Canhijo con cara de Auxilio! pero hasta eso se me prendió el foco y nomás le dije –Nada, el cabrón está tan pedo que se quedó dormido- nomás se rió y se metieron. Ya no supe qué pasó con ellos esa noche.

De más está dar detalles de lo que pasó después. Lo único que puedo decir es que yo ya estaba cansado y que esa noche La Puchona… abusó de mí. Jajajajaja, pero qué buena abusada la neta.

El domingo lo usamos para recuperarnos y lo único que hicimos fue ir a comprar el pescado para cenar al vapor con unas verduritas. Y ese fue el fin de semana.

Ahí se ven perros.

3 comentarios:

Canhijo dijo...

Simón, a mí me cae que todo lo que cuenta este wey es neto, nos está balconeando bien cabrón a todos sus compas pero no hay pedo, estamos protegidos por el anonimato de un nickname que permite hacer y decir todas las cochinadas que queramos. Aunque en este caso si son ciertas.

Jajaja, está bien cagado tu blog wey, neta que fué toda una coincidencia encontrármelo y ver todas las mamadas que escribes. Hasta me dieron ganas de salir a ponernos una enfiestadota hoy, o que? ya le dije a la Ronca y también le latió. Le voy a hablar a mi compa que vende tachas para comprarle unas y ya de perdis nos vamos al Américas a que nos repeguen el camaron y a brincar.

perro del mal dijo...

chido, gracias wey, sorry por la balconeada pero no hay pedo no estoy usando nombres y lo de la enfiestadota me late, ya me hace falta...

MrS Moya Langley® dijo...

Holas, oye me tocó la organizada de despedida de soltera de una amiga, y ps ando cotizando a ver que ondas. Tu blog me ha sido de una inmensa ayuda (además de entretenido jeje).

Ya se cuanto cuesta la entrada y mas o menos el costo de las bebidas. Pero te quería preguntar como en cuanto anda el costo de la botella?

Gracias! =D

Mi blog por si tienes ganas y tiempo de contestarme:
http:\\onlyamirrormask.blogspot.com


Saludos!