De la hueva, Heroes y el Rusty Trombone... y la hueva

El fin de semana estuve en la hueva total.

El viernes decidimos no salir porque la neta yo me sentía muy cansado, después de aventarnos unos buenos 1,200 kms en semana santa de los cuales yo manejé la mayoría, el jueves me tocó manejar a León ida y vuelta el mismo día por cuestiones de chamba. Salí cerca del mediodía y a las 11 pm estaba de regreso.

Vimos el último capítulo de la segunda temporada de Heroes, si la primer temporada me gustó tanto como para distraerme un ratote de Lost, la segunda resultó ser para mí un gran fiasco.

Si algo me llamó la atención de Heroes fue la gran diferencia con Lost, puesto que aún cuando en las dos te traen como pendejo con el suspenso y las ansias de descubrir los misterios la promesa básica de Heroes es mucho más sencilla: una historia con principio y fin cada temporada. En Lost, por otro lado, nos han traído como pendejos desde el 2005 con misterios que quizás nunca vayamos a poder resolver y con una historia que no parece tener explicación simple, no sabremos el final sino hasta el 2010, es decir, en 6 años la historia no avanzará más de unos cuantos meses.

Pero el problema en Heroes fue otro, una huelga de escritores inoportuna para todos, una historia que prometía mucho más al principio, improvisación en los guiones, malas decisiones de la producción, etc. Al principio empieza muy lenta la historia y justo cuando te empieza a enganchar decidieron acortar la historia y avanzar a pasos agigantados con un final que se desinfla por predecible e insuficiente. 11 capítulos en total y argumentos realmente ridículos. A ver qué pasa en la tercera, siempre hay que darle una segunda oportunidad a una serie que nos gusta, una tercera ya no.

El sábado nos despertamos bastante tarde, por ahí de las 12. Hablé con mi hermano el Angelito, como le dice el Chichifo, porque el cabrón ya tenía toda la semana aquí en Gdl y no lo había visto. Como ahorita anda enculado con una morrita que ya la presentó como su novia, el cabrón ni se acuerda de uno.

De hecho mi otro hermano, el Sport Billy, me estuvo llamando toda la semana para hacer chantaje sentimental porque ni yo ni el Angelito fuimos este sábado a la pedida de mano de su novia (¿pedida de mano? qué mamadas). Pero bueno, él tiene la culpa por menso porque nos trajo a todos como babosos desde el 20 de Noviembre, que siempre sí que siempre no y ya cuando se decidió ya todo mundo había hecho planes.

El chiste es que quedamos en ir a ‘comer’ a las 5 pm, le dije que invitara a su morrita. Llegaron por ahí de las 5:30 y entre las chelas, la llamada de rigor al hermano agüitado, la regañiza de mi madre para el más pequeño de sus hijos, salimos pasadas las 6:30 hacia la OPA, que es altamente recomendable, comida fusión, pero llegamos y no tenían servicio hasta las 7:30, así que nos lanzamos a la Matera que le encanta a mi hermano. A mí se me hace bien pero creo que es más la moda que otra cosa, yo prefiero el Barrio de Quilmes.

Después de chingarnos casi una vaca entera nos regresamos al depa, fumamos un gallo juntos y luego nos despedimos, como buenos hermanitos.

A mí la carne y luego el gallo me ahuevonó obviamente. Me sentía pesado y ya me estaba dando sueño cuando la Puchona se rebeló y empezó a arreglarse. Pero bueno, ya saben, mi política de no salir antes de las 10:30 aplicó sin excepción.

Por ahí de las 10:30 me levanté ante la mirada amenazadora y la cara de pocos amigos de la Puchona y cerca de las 11 emprendimos el camino hacia el Rusty Trombone. Este bar relativamente nuevo me late. Tiene un aire como de secreto mejor guardado sin un solo letrero, con la puerta cerrada, en un pasillito al lado de una tienda de muebles, pasaría totalmente desapercibido de no ser porque pasadas las 11 uno ve gente afuera de la puerta esperando pasar.

Está sobre una calle poco transitada: Lerdo de Tejada. Para entrar hay que tocar la puerta y al viejo estilo alguien abre una ventanilla para ver quién es antes de dejar pasar. Uno entra (si lo dejan a uno porque luego se atasca) y se encuentra con un pasillo al aire libre con unas mesas y una ventana que sirve de aparador para la tienda de al lado.

Al entrar al local se ven una serie de mesas pegadas al muro izquierdo y al lado derecho unos escalones para pasar a la zona de la barra con periqueras. Lo que me gusta es que tiene ese aire como colegial, como club privado, como un verdadero university club o algo exclusivo. Luz a medias en tonos amarillos, papel tapiz con grabado inglés en los muros, el muro de la barra con un gran espejo de marco antiguo y unas cabezas de venado a los lados y mucha madera, incluyendo la pared del costado derecho.

Es un lugar pequeño, quizá un área de 10 x 6, a lo mejor un poco más grande. La selección de música es lo mejor, no discriminan, lo mismo puedes escuchar un jazz que una rola desconocida de The Cure o hasta un hit ochentero como Superfreak de Rick James que hiciera famosa el infame MC Hammer en Can´t Touch This.

Así es el Rusty Trombone.

Punto y aparte del nombre, que nos remite a cierta posición sexual popular entre homosexuales mas no exclusiva, en la que una persona (hombre o mujer) le da placer oral en el ano al hombre mientras que con cierta flexibilidad y esfuerzo lo masturba con la mano, haciendo la analogía de una persona tocando un trombón, jajajaja. Pero bueno, eso no parece importar a los parroquianos compuestos en su mayoría por veinteañeros aunque uno se puede encontrar hasta a sexagenarios por ahí. Mucha lolita también, había bastantes morritas muy chidas.

Nos la pasamos chido, pa que negarlo, y yo me alcancé a poner bastante pedo con unos buenos vodkas con agua mineral.

El domingo nos amaneció pasada la 1 pm y lo dedicamos a la ingesta de líquidos y sólidos en la hueva total.

Ahí se ven perros.