domingo, abril 13, 2008

Rocky Roosevelt... Pornstar

Rocky Roosevelt.
Ése es mi nombre porno según una sencilla regla que circula por ahí entre las tribus urbanas (voy voy):


Primero tome el nombre de su primer mascota; acto seguido recurra al nombre de la calle de la primer casa
donde haya vivido y añádalo a manera de apellido.

Listo, tiene usted su nombre de estrella porno.

Mmmm, nada mal… Rocky Roosevelt, sounds like a filthy nasty republican with a nice big fat cock, jajajajaja.

Inténtelo, en la oficina salieron algunos muy chisto
sos que la cannabis no me permite rememorar en este instante pero seguro saldrá algo interesante como Doggy Rosales o algo por el estilo.

Siempre me han gustado los perros…


No, no estoy saliendo del clóset, me refiero a las mascotas. La neta no tengo nada en contra de otros animales como mascota pero a mí me laten más los caninos, desde chico.

Mi primer perro (sí adivinaron… ‘el rocky’, nada original lo sé), era una mezcla rara de fox terrier con chihuahueño que conocimos en un rancho de un amigo d
e mis papás, lo escogimos de entre una camada de unos 5 cachorros.

Era buen perro pero no duró mucho con un veneno para cucarachas que pusieron en la coladera del patio.

De ahí siguieron otros como el Zip y el Bobby (yo quería Odie pero mi carnal el angelito me entendió Bobby y valió madre). Todos tenían una característica en común, eran machos, y como todo macho no perdía oportunidad para salir disparado cada vez que a uno se le iba el pedo y no tenía cuidado al abrir la puerta. ¿El objetivo? Incierto… podían ser las perras, el parque, los jardines vecinos, lo que sea.

Recuerdo que al Bobby solía dejarlo salir a la calle cuando
me despertaba y ya para cuando estaba desayunando entraba corriendo con la lengua de fuera. Pero todos murieron jóvenes y en circunstancias misteriosas como robo, pérdida o atropellamiento.

Las últimas dos han sido hembras y la neta en eso sí he sentido la diferencia, a las cabronas les da miedo salir a la calle, obviamente se mueren por s
alir a la calle pero si yo no las acompaño no se salen solas.

La Mínima, Minúscula, Mini-me o Minerva aunque oficialmente llamada Mini era un ejemplo de ello. Cuando la llevaron a la casa yo ya vivía acá en
Guadalajara y era tan pequeña que mi papá solía ponerla en la bolsa de su camisa y salir a pasear a la perrita. Parecía una ‘pequeña ratita’, como le decía a mi mamá para molestarla, jeje.

Yo cuando la conocí la vi fea como a cualquier chihuahueño pero igual era porque ya no vivía allí y no estaba encariñado. Lo que sí es que era una perra tan cariñosa y buena onda, siempre de buen humor, que te ganaba porque te ganaba. Ya sea la forma de decirte que le daba gusto verte cuando la mensa se meaba de los nervios, o de cómo le gustaba llegar corriendo en la mañana a darte de besos para despertarte.

Realmente no tenía gracia alguna aparte de los peque
ños detalles que humanizan a cualquier mascota… como el hecho de que, a pesar de que nunca viví con ella, sabía perfectamente que yo formaba parte de esa familia y me recordaba cada vez que regresaba a casa de mis papás en vacaciones y demás; o el de las veces que llegué de madrugada haciendo el menor ruido posible para no despertar a mis papás y desmañanarlos, mi madre siempre cuenta que sabía que había llegado porque la Mini no dejaba de insistir en que le abrieran la puerta para salir disparada a mi cuarto a evidenciarme su amor a lengüetazos y salivadas y yo enojado porque me despertaba; o la misteriosa forma en la que ‘sabía’ que la ibas a bañar minutos antes de que comenzaras a buscarla por todos lados mientras ella trataba de pasar desapercibida y la forma en la que se resistía a que la agarraras porque le tenía pavor al agua; o también la actitud que siempre la delataba cuando había hecho algo malo porque la veías como escondía la cola entre las patas y caminando lo más pegada que podía al suelo, jajajaja.

La segunda perra es una historia muy diferente.

De hecho hoy está de visita. Se queda unos días y me late para que le haga compañía a la Puchona con eso de que está trabajando en casa.


Es mi hija.

Cuando le hablo de la Puchona le digo que es su madrastra, jajajaja pero se nota que también a ella la quiere, ahí está acostada e
ntre sus piernas en el otro cuarto mientras yo estoy escribiendo esto.

Sin temor a equivocarme puedo decir que es el perro más inteligente que conozco, de neta. Todavía a veces hace cosas que me impresionan, me doy cuenta perfectamente cuando hago contacto con ella, realmente hay comunicación y eso me sorprende.

Tiene detalles como cualquier niño, en serio. Desde
chica cuando la conocí, a los 2 meses de nacida, se notaba que no era una perra cualquiera, siempre jugando con la pelota, siempre divirtiéndose ella solita, con esa mirada que parece tratar de comprender lo que le dices.

No crean que es una perra de alto pedorraje ni
que tiene pedigree. Es más, ni siquiera es de raza pura, es más corriente que la chingada para qué negarlo. Es una rara mezcla (otra) entre maltés y cocker espaniel, de un color rubio claro, patas cortas y cuerpo larguirucho.

En realidad vive con su madre, quien tiene la custodia mientras que a mí me toca verla de vez en cuando, ya sea que la madre me pide que se la cuide unos días o que a mí me entren las ganas de verla para jugar con ella y me la traigo al
depa unos días, como hoy.

Fue un divorcio civilizado en el que no había mej
or solución que ella se quedara con la madre y a mí me tocara extrañarla de vez en cuando. Es una perra que me quiere mucho y que es difícil olvidar.

A mí lo que más me llama la atención es que desde siempre ella tiene juguetes, pero no sólo juega con ellos todo el tiempo, ‘sabe’ que son suyos, tiene un lugar para ellos, cuando va a salir de viaje ella los echa a la maleta donde ve a su madre guardando ropa, y lo más importante: los reconoce a todos por nombre. De chica su preferido era un scooby doo de peluche que tomaba del cuello y lo zangoloteaba como presa de trofeo hasta que le destrozó la cara y empezó a sacarle el relleno (pero le duró bastante tiempo). Después siguió un Bob Esponja de peluche, luego una araña de plástico gigante y últimamente el que más le gusta es un Comegalletas de peluche que se trajo en esta visita.

Si le preguntas por alguno va, lo busca y te lo trae, reconociéndolos por su nombre. Además también reconoce el nombre de ‘pelota’, tiene varias. Cosa que me lleva al siguiente signo de inteligencia: la pelota. Ese siempre ha sido su juguete más valioso, cualquier pelota, nunca se aburre.

Es una perra que tiene bastante energía y desde chica las pelotas infladas nunca le duraban porque las reventaba luego luego, pero cuando conoció la pelota de tenis se convirtió en su favorita y ahora prefiere las de ese tamaño porque le caben
en el hocico. Su juego favorito consistía en aventarle la pelota mientras ella corría tras ella hasta tomarla con el hocico y muy rápido aprendió a regresar con ella y soltarla dónde tú estabas para que volviera a lanzarla. Una y otra vez.

Así podía estar por horas, la he llevado al metropolitano y lanzado lo más lejos posible y la cabrona sale disparada como bólido tras ella, neta que corre y salta con una gracia y destreza que no te queda duda que es toda una depredadora.

Como uno se cansaba más rápido que ella entonces aprendió a ‘aventarse’ ella sola la pelota. Muy sencillo, toma la pelota y la sube a cualquier sofá, cama o algo parecido, se acuesta en la orilla y entre la patas y con la nariz empuja la pelot
a hasta orilla para salir disparada tras ella, así puede estar ella sola por horas.

A veces nos acostamos ella y yo en la cama boca abajo, uno frente al otro y ahí es cuando digo que realmente siento que hay comunicación, me ve a los ojos y luego me avienta la pelota empujándola con la nariz, yo la paro y luego se la devuelvo de la misma forma, una y otra vez.

Ahora sus juegos ya se han hecho más sofisticados, ahora ya no
juega a tomar la pelota, ahora juega a ‘atraparla’ con el hocico en el aire, saltando si es necesario. Es su nuevo juego favorito.

Y eso me lleva a lo último pero no menos importante: los trucos.

Bien podría pasar por perra cirquera. Desde chica su madre se dedicó a enseñarle trucos, uno por uno los fue aprendiendo, algunos en pocos minutos, otros en varios días pero la neta yo ya perdí la cuenta. Hace poco me contaron de una
morra que preguntaba cuántas palabras podía reconocer un perro, que el suyo reconocía 5 y otros la regañaban porque 5 palabras ya era mucho para esperar que aprendiera más. No pues yo me reí.

Aprende usando el método del ‘premio’, que suele ser comida que le guste mucho. Con la comida no hay pierde, hace lo que sea por comida, como dice
mi carnal ‘se aperra’.

Primero lo sencillo. Dar la patita, agacharse, girar hacia un costado, saltar, ladrar. Pan comido.

Luego un poco más complicado. Dar un giro completo sobre
su patas traseras, saber la diferencia entre ‘chocar’ la patita y ‘saludar’ con la patita, saber la diferencia entre ‘ladrar’ (el típico ‘guau!’ que todos conocemos) y ‘hablar’, algo totalmente distinto, y no es mas que gruñir entre dientes.

Pero no sólo la comida puede servir de motivación, un ju
guete o la pelota bien pueden serlo también como en los últimos trucos que ha aprendido. Uno es que cuando le dices ‘cáchala’, hablando de la pelota, se agacha y espera a que le avientas la pelota bombeada para atraparla en el aire con el hocico, también funciona cuando se la avientas a la pared y ella la atrapa en el aire saltando cuando la pelota viene de rebote, tal cual como si fuera una presa, un pájaro.

El otro nuevo truco es que le pones la pelota entre lo
s ojos y el hocico (hasta hace bizcos, jaja) y cuando la sueltas ella rodea la pelota con el hocico y la atrapa con los dientes en un movimiento que dura menos de un segundo me cae.

Y bueno como esos tiene además otras puntadas que como digo, de repente la humanizan, como el detalle de hacer sus necesidades afuera o de plano cuando
ya no aguanta se mete a la regadera y ahí hace pipí, cuando ya de plano no aguanta para cagar usa el balcón, sabe que si hace ahí no la voy a regañar, en caso contrario le espera su santa regañiza paternal.

Casi siempre se aguanta, a veces hasta ternura da cómo va bajando las escaleras como desesperada porque ya siente que no llega al jardín para echarse una meada prolongada, y la forma en cómo a pesar de agacharse como toda una dama levanta la patita para que no vaya a salpicarle el agua de riñón, jajaja.

Otro detalle es que es tan pero tan pulcra, de neta, que a la cabrona le da ‘asco’ embarrarse de betún a la hora de liberar-a-willy y cuando se agacha y empieza a soltar el cerote ves como empieza a dar ‘pasitos’ como para alejar lo más posible las
patas, jajajajaja. Acto seguido le da las nalgas al cerote y le avienta tierra pa ‘disimular’, jejeje.

Como casi todo perro, ‘intuye’ cuando lo vas a sacar a la calle y se prende luego luego, se sube a cualquier sofá o silla o lo q
ue sea para que le pongas su correa, mientras mueve las nalgas a falta de cola y el poco rabo que le dejaron, jajaja. Pero además de eso ella sabe diferenciar cuándo la vas a sacar y cuándo te dispones a salir tú solo, en la mañana sabe que me voy a trabajar y ni el intento hace por salir porque sabe que se va a encontrar con mi pierna entre ella y la salida, se dedica a echarte un vistazo y seguir acostada. Normalmente su primera señal para cuando vas a salir es que te ve vistiéndote, a veces hasta se confunde porque te ve poniéndote la pijama y piensa que vas a la calle.

Sabe cuando va a salir de viaje y cuando ve que tomas una maleta ella empieza a hacer la suya, en serio. Te trae sus juguetes con el hocico y los mete uno por uno a la maleta como para decir ‘hey, no se te vayan a olvidar wey’. Y luego como tiene una maleta de viaje (de esas para que el perro esté cómodo y con zipper para que no se pueda salir, con todo y agarradera de bolso) en cuanto termina de ‘empacar’ se dirige a ella y se mete esperando que cierres el zipper para irse, jajajaja. A veces también se va con la finta y se confunde.

Otra cosa que me cae bien de ella es que le gusta la playa, le encanta correr en la arena y corretear gaviotas y albatros, salió rebuena para ahuyentar vendedores y no sé cómo pero los distingue (yo le digo que es bien racista, nomás los ve y les ladra) y lo mejor, con lo que me gana un perro, es que se mete corriendo al agua junto conmigo a revolcarse en las olas, nomás en la orilla porque luego se asusta y parece que se le va a salir el corazón cuando la cargo, jajaja. Pero lo hace naturalita, eso es algo que nunca vi en mis anteriores mascotas.

En fin, tiene muchos más detalles pero yo creo que ya me extendí demasiado.

Ora sí, les presento a la Yori.




(Odia las cámaras, nomás ve una apuntando y no se está quieta)

Ahí se ven perros.

7 comentarios:

Sabina dijo...

Ay

A mi me encantan.
Apenas hace año y medio que me dieron chance de tener una mascota, y ahora somos un chingo.


Tan bella ella

=)

(por encima de mis dos de "raza" me quedo con el "poquito" son muchísimo mejor portados y "entendedidos")

galleta dijo...

snif!, qué bonita y lista la Yori.
Y mi nombre porno es Trotsky San Felipe. Como que está gachito. jajaja

Anónimo dijo...

jaja mi nombre porno es: frida gaviotas,, wtf??

perro del mal dijo...

jeje ¿qué puedo decir yo que soy su padre?

Trotsky... no sé... suena como una de esas actrices porno de europa del este, jajaja.

Frida Gaviotas me suena a una morra que le decían la gaviota porque siempre llegaba a gorrear, jajaja.

Acá en la oficina tenemos a Nikky Sagitario, Doggie Camacho, Rocco De la Colina, Boladenieve Otranto, Honey Neruda, Capulín Pátzcuaro, Matute Garibaldi, Jay Géminis y mi favorito, Dolly Conchitas, jajajaja.

Saludos, gracias por la visita

Sabina dijo...

Yo tb me percaté del detalle de "Van Gogh" pero me estoy haciendo la desentendida porque es terriblemente decepcionante su pinche ignorancia.

=)

chokkolatt dijo...

Aquí empezaré. Con tantos posts siento que voy a comenzar a leer un libro.

chokkolatt dijo...

jajajaja, no mames, esa perra es la neta. Eso de aventarse ella solita la pelota, estaca. Omitiré todo lo que se me ocurrió sobre los juegos de ella y tú en la cama jejeje. No, la neta es chido jugar con una mascota tan inteligente.
Yo he tenido perros pero últimamente perras, algunos(as) más brutos(as) que otros(as) y si las entiendes son a toda madre.

Puta madre! no me acuerdo (y yo creo que ni sé) el nombre de la primera calle en donde viví, pero mi nombre sería THOR. Suena a nombre de pornstar nórdico, con un pizarrinzototote obviamente, pero lo único de nórdico pus será la estatura y claro, todas mis dimensiones son proporcionales a ella eso sí.

Para que a las chicas no se les haga agua la boca, aise ven.