Qué bonito es lo bonito (1 de 3)

Qué bonito es lo bonito. Ayer en el concierto de Franz Ferdinand me tocó ver por primera vez el teatro Diana repleto, pero lo mejor fue ver cómo la gente estaba bien prendida gritando, aplaudiendo, bailando, brincando o como sea pero se dejaron sentir bien cabrón; yo salí con la pila bien cargada y con ganas de más.

El domingo amanecimos bien crudotes, bueno la pucha más que yo. El sábado nos lanzamos al Amiérdicas porque ya teníamos mucho sin ir y una vez más comprobé que es el bar en donde me gusta más la música, para mí tienen la mejor música de Guadalajara.

Antes de eso, en la tarde, me chingué a Moyá. Estaba jugando un Masters y me tocó jugar contra él en la final. Le gané, eso es todo y avancé en el ranking: quesque soy 6º. Qué chistoso se escucha: le gané a Moyá. Dice la pucha que sería un buen comercial de XBox 360. Pero claro, todo en esta vida tiene su precio y uno de ellos lo que yo llamo el síndrome de atención deficiente. Eso sucede cuando la pareja 'percibe' que está recibiendo menos atención de lo que está normalmente acostumbrada.

Pensemos en una situación 'hipotética': imaginemos que la Pucha dice 'hoy van a pasar un especial de Steve Irwin todo el día en Animal Planet, ¿lo vemos?'. Y entonces nos disponemos a ver cómo es que Steve Irwin era uno de los hombres más afortunados del planeta pues no puedo creer cómo es que sobrevivió tanto tiempo sin que le pasará nada malo. En serio, no es broma, parece que este wey pedía a gritos que lo atacaran. Vi una parte donde dice 'en este momento sería físicamente imposible para mí poder tocar esta serpiente negra sin estar seguro de que no me matará' Acto seguido busca entre la paja y toma una rama de unos 15 centímetros para poder tocar ahora sí 'a salvo' a la serpiente. Después la serpiente se enoja un poco y se lanza a morderlo pero afortunadamente lo hace entre la suela y el cuero de su bota mientras él exclama 'miren el veneno que sale de mi suela, éste veneno me habría matado rápidamente si no recibiera atención médica inmediatamente'. Pero la serpiente sigue molesta y se dispone a atacarlo avanzando hacia sus piernas y él, que opinaba que no podía tocarla sin que lo mordiera, simplemente decide tomarla de la cola para poder quitarla del camino sin lastimarla. Eso me habla bastante de la pobre mantarraya asustada que lo mató.

En vista de lo anterior, y aprovechando que la pusha dice 'creo que me voy a meter a bañar', yo recuerdo que estoy dentro de un torneo en curso, con posibilidades de avanzar en el ranking 'mundial' del Top Spin 2 y decido mejor ver qué tal me va contra Coria. Y me fue bien, y entonces le seguí y luego vino lo inevitable: el síndrome. 'ashhh, se me hace que te voy a dar a escoger entre esa caja y yo...' '¿ya ves? ni me pones atención, te decía que...' 'uuuuuuuy pues si nomás estoy pasando no pensé que te fuera a tapar la visión' 'quiero salir, ¿te la vas a pasar todo el día encerrado jugando?' etc, etc, etc.

Y entonces, pregunto yo ¿qué diferencia existe entre estar ambos callados viendo un especial de Steve Irwin en la tele sin ni siquiera vernos las jetas el uno al otro, y estar cada quien en lo suyo uno jugando un estúpido videojuego y la otra viendo en la TV lo que le plazca? ¿cómo es que la primera opción se llama 'tiempo de calidad' y la otra es una situación frustrante? La única respuesta que tengo es el síndrome. Maldito síndrome. Solución a corto plazo: comprar otro control para la Pucha. Ni modo, si no aceptan tu vicio engánchalos a él, de esa forma te comprenderán.

Hoy voy a seguir el consejo de Badbit y voy a dividir el post en 3 partes, mañana la segunda.

Ahí se ven perros...