el mal de nuestros días

Esta semana todo ha sido sobre la cruda realidad de ser un adulto contemporáneo, pero pues ni que fuera la gran cagada tampoco, digo soy consciente que toda mi vida está cambiando y, como dice un amigo, estoy empezando a notar ciertas cosas que antes yo decía ‘yo jamás, nunca lo verán tus ojos’, pero insisto: no es pa’ tanto.

O igual y entonces seré inmaduro en algunas cosas pero no me molesta en absoluto.

Todo empezó con la noticia de que un gran amigo de la infancia y la adolescencia se casa, bueno no, yo ya sabía pero la noticia fue que me llevó invitación y 2 pases a casa de mis papás. La neta es que él me busca, ya se hartó pero igual y luego pregunta por mí a mis papás, o a mis hermanos cuando lo ven en la calle y siempre me pasan el mismo recado ‘dice que le avises cuando vayas a venir’ pero yo no hago caso.

No sé qué pinche gen traigo metido en el organismo que me impide cultivar amistades para siempre. Me he movido por etapas, cuando era chico cambiaba de amigos según el salón donde me tocara. Al llegar a la secun hice amigos para los 3 años y con algunos continué la amistad durante la prepa, además de hacer otros, pero igual y cada quién agarro su camino y a mí me pesó el no poder estar cerca de ninguno de los cercanos. Al principio los veía en las vacaciones pero luego les fui perdiendo la cuenta. En la universidad hice otras amistades que también he dejado de frecuentar desde que nos graduamos. Y también he tenido amistades según la chamba, aunque ahí si puedo decir que donde más hice amigos y que prácticamente son los que sigo frecuentando fue en la primera agencia en la que trabajé.

En fin, sé que tengo pedos en ese sentido, lo admito; pero también es cierto que todos, incluido yo, hemos ido cambiando a lo largo de los años. Con este amigo, en especial, al que llamaré Pecas me pasó eso. Lo he intentado pero la neta es que no tenemos una plática interesante, ya no nos conocemos ni sabemos mucho de la vida del otro actualmente entonces cuando nos vemos nos limitamos a recordar hechos y amigos de la vida pasada, hasta ahí todo bien, el pedo es que me doy cuenta que tenemos puntos de vista radicalmente opuestos en ciertas cosas y a mí me da hueva escuchar pendejadas (para mí) y tener que explicar por qué yo pienso diferente. No lo sé, simplemente tenemos estilos de vida diferentes.

De hecho agradezco la invitación y le voy a llamar para eso, incluso iría con mucho gusto, pero la boda es 4 días antes de la de mi hermano y de por sí voy a faltar 2 días a la chamba y no creo que me vayan a dar toda la semana la neta, ni quiero ir y regresar 2 veces en la misma semana, así que voy a declinar.

Por otro lado eso me hizo pensar en otros amigos de los que no he tenido noticia en mucho tiempo y los llamaré, no hay alguna razón que me lo impida realmente (como cuando era estudiambre).

Y entonces me metí al messenger -cosa que casi nunca hago por falta de tiempo y porque la neta no me gusta mucho chatear- y entonces vi a mi MEJOR amiga (si no lo digo no me lo va a perdonar) conectada y como hacía varios meses que no sabía de ella le escribí y nos pusimos a platicar, la neta me gusta platicar mucho con ella a pesar de que también evidenciamos ciertas diferencias de opinión de vez en cuando.

Una de las noticias es que su hermano que también es mi amigo de la prepa se casó y ya va a ser papá (que para estas alturas es ya un motivo de regocijo y no de desgracia, ja) y entonces me la soltó: ‘ya estamos viejos’…

No pues qué jodidez. Insisto, se que me pegan más las desveladas y todo pero decir que ya estoy viejo es demasiado, es como resignarse, como decir ‘por eso hago lo que hago’ y hacerse coco wash para que ya no te pese tomar esas decisiones ‘es que ya estoy viejo’. No gracias. Ya saben, ‘viejos los cerros… y reverdecen’.

En algo estamos de acuerdo: la presión social no para (si uno se deja, claro): primero te están chingando con que a ver cuándo tienes vieja, te la consigues. Luego te están chingando con que cuándo se casan, te casas. Después te están chingando con que para cuándo el bebé, lo tienes. Y ya cuando parece que te van a dejar en paz te salen con que para cuándo se avientan el segundo, no mamen, es el cuento de nunca acabar.

Luego mi hermano, el Sport Billy, hoy es su cumpleaños número 30 y le llamé para felicitarlo y platicar un rato, quesque hoy le hacen una despedida de soltero con sus compas, se juntaron como 30 pelados y rentaron un bar que ya está cerrado para hacer sus cochinadas, supongo que van a llevar viejas, qué mas.

Pues platicando con él también me di cuenta que esto es un mal y un virus que se esparce tan rápido que ni lo ves llegar y cuando menos te lo esperas ya estás adentro y parece que no hay forma de escapar de él. ‘No me siento viejo pero la neta ya no aguanto como antes’ fue lo que me dijo… no mames. Qué esperanza me deja a mí que soy 15 meses mayor que él, jajajaja.

Ya para acabarla de amolar me aventé el último post del Canhijo y, aunque está muy bueno, dice las verdades innegables de su nueva vida como adulto contemporáneo… que si ahora nomás sales con los amigüis de la chamba, que si ahora tu morra se lleva con las esposas de tus compas o viceversa, que ya se van de compras y al cafecito, que ahora los fines pesan porque prefiere uno hacer pendientes, que cuando trae uno ganas de fiesta a los 3 pistos ya anda uno pedo y tiene sueño, etc, etc, etc.

Y yo digo: Basta!!!

Yo no me siento viejo. Es más, NO estoy viejo (negación, primer síntoma, jaja).

Mejor digo ‘puedo ponerme una pedota… solo que escojo no hacerlo’ jajajajaja. Nel no es cierto.

No, claro que no, a huevo que ya no estoy chavito ni nada pero ni me veo ni me visto ni me comporto ni hablo ni me interesan las mismas cosas que los adultos contemporáneos que luego veo por ahí, como los excompañeros de la universidad que esos sí ya parecen señores, con sus desayunos y su pláticas de política y economía y sus señoras con sus pláticas superficiales y vanales, guácala!!!!

Luego me resignaré, cuando ya no me quede otra opción pero sólo cuando ya no quede opción…

Cuando ya no haya nadie de la generación X dándole vuelo a la hilacha entonces diré: ni modo, ya pasó mi tiempo.

Ahí se ven perros.

P.D. Las personas que nos conocen casi siempre dicen que mi hermano se ve más grande que yo, jojojojo.